Hasta el infinito.

Estando como estoy inmersa en varias reformas integrales, me pongo a pensar: ¿Nos damos realmente cuenta de todo lo que hay que pensar, buscar, decidir, diseñar..?

Fase de derribo y desescombro.

En la fase conceptual de una reforma, nos centramos en distribuciones, funcionalidad, luz, circulación, tonalidades. En las cosas grandes, importantes.

Sin embargo, a medida que avanzamos nos encontramos con miles de decisiones que tomar.

El color que nos gustaba, ahora con la nueva disposición, se ve diferente; con el nuevo suelo, ese que hemos conseguido con el acuchillado y barnizado, cambia radicalmente la visión del espacio; las manillas de las puertas, su diseño, los pernios ( reconozco que soy una enamorada de las puertas, altas y antiguas). Tiradores de muebles, tono de la luz ( más cálido, menos), tipo de acabados. Tamaño cerámicos, disposición. Grosor rejunteo y su color. Interruptores, enchufes, grifos…radiadores!

Un buen resultado depende, en una gran parte, de los pequeños detalles. Y lo peor, o lo mejor de todo, es que son infinitos.

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Continente vs contenido.